Del Patrimonio

Eso que ha estado tan de moda en el último tiempo...
El patrimonio de este lugar es la docilidad del habitante de construir según voluntad del suelo, sobre el cerro acomodando las casas de manera tal que mirando desde el mar la tierra no pierde su forma natural, sus relieves.
Nuestro verdadero patrimonio está en la gente acostumbrada al accidente geográfico, en los vendedores ambulantes que suben interminables escaleras cantando en alta voz sus pregones, en el sonido de cornetilla del heladero con cajón al hombro, en los pescadores que vuelan por sobre el suelo que no se ve, en las carpas de circo paralelas a la caída del cerro pero con asientos en perpendicular, en las dueñas de casa, en las menestras chicas, en los futbolistas de la pendiente, en los volantines, en las carreras de carretones cuesta abajo, en los ciclistas desafiantes, en fin en toda la gente que construye esta ciudad sin saber que paso a paso, gente a gente nos volvemos cada uno pieza clave de este gran mosaico del paraíso.

...De la música

La música es un fantasma,
un ánima que trasciende con su calor oculto,
un alma desgarrada que vaga

feliz de pertenecer a dos mundos
Un habitante de este aire que nos pena la memoria
a través de los recuerdos de otras cosas.

El tranvía que nos alza al encuentro de la historia,
(un átomo de la gran historia)
A veces dulce hada protectora
a veces profunda voz seductora
a veces gigantesco monstruo inasible y tormentoso
tormenta de nuestra propia
i m a g e n i n a c i ó n
que agita el sueño y a la misma vida
un alma que cuidar y que dejar en libertad
espejo contra espejo
aparición infinita.

La calle que recorremos, el camino que tomamos a diario, lo que no vemos por descuido, tiene un lugar dentro de nosotros.

Acá hay un lugar para el cotidiano, que reclama un espacio en el tiempo para sentirse verdad.

El comienzo de algo maravillosamente desconocido pero familiar.