lunes, 6 de agosto de 2007

4ª Fecha Columbia Challenge










... Entre el viernes y el sábado recién pasados, hemos corrido el Columbia Challenge.


Se trata de una carrera de aventura muy entretenida e interesante; uno de los circuitos de renombre dentro del país. Nuestro equipo AndesRun ha venido participando desde la primera fecha con un trío mixto en categoría pro en el que los integrantes se han ido rotando y una dupla en categoría debutantes. Excepcionalmente, este fin de semana no tuvimos reservas y quedo cojo el trío, así es que debutamos como dupla mixta Gollo y Yo.






La carrera se desarrolló en TilTil. La largada fue a las 00:30 AM. Nos esperaba un frío muy intenso, (nunca había pasado un frío así...) llevábamos las mochilas escarchadas, los buff tiesos, (al sacárnoslos se quebraban), me quemé las piernas con el frío (sólo la piel). Hubo -5º C, y al andar en bici, la sensación térmica bajaba aún más. Me forré de una manera impresionante, ¡qué manera de llevar ropa sobre mí!, fueron 35 Km. de mountainbike y 27 de trekking hacia unas montañas preciosas donde había minas y mucha roca.
Lamentablemente no pudimos completar todo el circuito, nos faltó tiempo.





Los cerros que cercaban el valle en el que estábamos eran increíbles moles a más de 2000 mt. de altura. Allí se ejecutó la etapa de cuerdas, (qué ganas de haber llegado hasta ese punto... :( ).
Durante nuestro trekking pudimos apreciar el monte Aconcagua nítidamente, también la cordillera que rodea a Santiago y el trazo de los valles. Paisajes maravillosos con los que nos deleitamos en cada carrera (este es uno de los valores agregados mas hermosos).
Nuestro equipo ahora se prepara para la 5ª fecha que será en nuestra región. A seguir entrenando para mejorar el rendimiento, seguramente en esta ocasión correrá otra integrante en vez de yo, la rotación continúa…
Nos esperan nuevos bellos parajes!!!!


domingo, 5 de agosto de 2007

El encuentro



…Qué sorpresa verte de nuevo, después de
tantas lunas...! No has cambiado mucho…

Te mereces unas líneas por aquí, pues no es menor tu aparición.
El día había sido duro, y cosa rara, pasé a tomar un jugo sola esa tarde donde unos amigos, a los que, ingratamente, tampoco había visitado hacía tiempo. Fue todo un reencuentro: el lugar, los pañuelos, los miles de afiches del café. De pronto tu cruzas la puerta… que loco verte ahí, como que se movió el mesón y la vitrina.
Parece que tu también te sorprendiste, de manera que nos sentamos para ponernos al día de lo que había sido de nuestras vidas hasta ese minuto… bien podríamos haber transcrito nuestra conversación para hacer un libro de aventuras...!
..Que gusto encontrarte! Recordé como era mirar el mundo a cuatro manos, agregando los porqués de la manera más subjetiva posible. Y las máximas a las que llegamos después de largos cafés, seguro, los más largos cafés que haya tomado con alguien, (considerando que yo no suelo tomar café).
Querido, me hacía tanta falta conectarme con alguien como tú, no se por qué había dormido esta parte de mi vida, las extensas conversaciones tranquilas sobre cosas simples desgranando granadas y deshojando pétalos de flores contundentes. Tal vez los círculos en los que me he movido últimamente dan menos espacio para hablar de estas cosas, pues desde hace un tiempo me remito a la croquera que siempre llevo conmigo, curiosamente es con Nicolás con quien puedo conversar como contigo, tal vez sea que somos de la misma tribu rara.
Recordé “Los primeros hombres” de Howard Fast, las conexiones de expresión, Spinetta y aquella vez hablamos horas de su poesía, las letras de Björk, Ella Fitzgerald y los Fitzgeraldazos de las tardes cuando llevabamos discos y le pedíamos al chico del café que lo reprodujera, de hecho cada vez que volvía al café me preguntaba si había llevado alguna música para poner ... y los miles de ensayos orales sobre ideas que debimos haber plasmado en el papel (insisto). Los teléfonos ya han sido cruzados, y tal vez pronto volvamos a reunirnos en algún café o en una caminata por la costa…
*la foto es del café que vió el encuentro


miércoles, 1 de agosto de 2007

...a un amigo azul...



El viejo lobo, ese de todas las edades, un día mordió el cielo.
Ese día, en el que aún era niño, su mirada de lobo azul quedó incrustada en el patio de la casa de infancia, hipnotizado por los cuentos que venían a contarle los espíritus, los niños imaginarios, los árboles, las piedras, duendes, hadas de sol y el viento que traía los secretos del mundo:
- Las luciérnagas en tren; los rayos de sol desarmándose en el agua; el canto de la lluvia y su grito desgarrado; el aroma de la cáscara terrestre seca; el viaje de la luz; su escape violento; mariposas vicerales y mariposas brillantes que abundan en el mar...
El lobo azul ha mordido el cielo desde niño, los ojos del viento han sido sus ojos, y la punta húmeda de su nariz aparece tras una nube, sus labios tibios y tímidos, se abren para probar el exquisito bocado, mas, al dar la mordida cae en cuenta de su altura cósmica, pues mirando hacia abajo lo alto se hace profundo, más intensa la distancia, más intenso el vértigo interminable al que se hace adicto de inmediato. Así este lobo azul y silencioso aprende a construir su propio vértigo.

-Tal es su enamorado y obsesivo deseo- y viaja y vaga por las fronteras perdidas del sonido vertiginoso que como un hechicero mágico destina a nacer con sus dedos apuntando en dirección oeste.